El origen del tequila es objeto de muchas historias y mitos fascinantes, muchos de los cuales giran en torno a la planta de agave. Según una leyenda azteca, fue Mayáhuel, la diosa de la fertilidad, quien dio la planta de agave al pueblo como un regalo divino. En otra historia popular, un rayo cayó sobre una planta de agave, cocinándola y liberando el líquido que más tarde sería fermentado y destilado para crear tequila.
Pero El origen del tequila se remonta a la época prehispánica, cuando los indígenas de la región producían una bebida fermentada a partir del agave, conocida como pulque. Sin embargo, la destilación de esta planta, lo que hoy conocemos como tequila, no comenzó hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.
Los conquistadores trajeron consigo la técnica de la destilación, y al agotarse sus reservas de brandy, comenzaron a destilar el agave. La primera destilería de la que se tiene registro data de 1600 en lo que hoy es el territorio de Jalisco.
A lo largo de los años, la industria del tequila ha enfrentado numerosas complicaciones. Estas incluyen problemas agrícolas, como las enfermedades de las plantas y los cambios en el clima, que pueden afectar la cosecha de agave. También ha habido desafíos legales y comerciales, como la lucha por el control del mercado y la protección de la denominación de origen.
Las primeras marcas de tequila comenzaron a surgir en el siglo XIX. José Antonio Cuervo obtuvo en 1758 la primera concesión para producir tequila comercialmente, y en 1812 su hijo fundó la destilería La Rojeña. En 1873, Cenobio Sauza fundó “La Perseverancia” y fue él quien comenzó a exportar el tequila a Estados Unidos.
En el siglo XX, la producción y popularidad del tequila creció enormemente, y el gobierno mexicano tomó medidas para proteger su autenticidad y calidad. En 1974, México declaró el término “tequila” como denominación de origen, lo que significa que sólo la bebida destilada del agave azul en ciertas regiones de México puede llamarse tequila.
La denominación de origen es un tipo de indicación geográfica que se utiliza para un producto cuya calidad o características se deben exclusivamente o esencialmente a su lugar de origen, incluyendo factores naturales y humanos. En el caso del tequila, sólo puede ser producido en cinco estados de México: Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Michoacán y Tamaulipas, con la mayoría de la producción centrada en Jalisco. Además, el tequila debe ser producido a partir del agave tequilana, comúnmente llamado agave
El Consejo Regulador del Tequila (CRT) fue creado en 1994 para asegurar la calidad y autenticidad del tequila. Este organismo verifica que se cumplan todas las normas y estándares establecidos por el gobierno mexicano y la Norma Oficial Mexicana. El CRT también certifica cada botella de tequila que se produce, y se encarga de proteger la denominación de origen del tequila a nivel mundial.
El CRT desempeña un papel crucial en la protección de la denominación de origen del tequila. Este organismo certifica que el tequila se produzca de acuerdo con las normas establecidas, que incluyen requisitos específicos sobre la ubicación de la producción, el tipo de agave utilizado y el proceso de destilación. Al hacerlo, el CRT ayuda a garantizar que cualquier botella etiquetada como tequila sea auténtica y de alta calidad, y que cumpla con las tradiciones y estándares que han definido a esta bebida durante siglos
